Sector secundario

Principalmente industria de instrumentación, electrónicas, astilleros para reparaciones navales, construcción, industria y alimentos y bebidas, telas y tejidos, calzado, ropa, productos tabacaleros.

INDUSTRIA

Lo componen unas 400 empresas aproximadamente de tamaño medio-grande con una clara orientación a la exportación y cuya propiedad suele estar en manos extranjeras. El sector manufacturero representa en la actualidad el 18% de la economía, después de unos años de retroceso. El sector dominante es el de redes, televisión y telecomunicaciones, que supuso la mitad de las manufacturas y es el que menos ha decrecido (-0.5%). Sirva como muestra de la particularidad de la economía maltesa el hecho de que casi la mitad de la facturación total del sector manufacturero proviene de la producción del apartado de radio, televisión y telecomunicaciones y que una sola empresa extranjera productora de semiconductores domina a su vez este subsector en volumen de negocio, no así en empleo, con sólo un 3% sobre el total. El segundo sector más importante es el de comida, bebida y tabaco, que en 2007 representó el 12%. El tejido empresarial de las manufacturas, compuesto por empresas de tamaño medio dedicadas a la exportación y por empresas de tamaño pequeño y micro, dedicadas al mercado interno, ha sido el principal afectado por la entrada de Malta en la UE y por la desaparición de las barreras arancelarias. Según datos provenientes de la División Estadística de las Naciones Unidas, son precisamente los productos manufacturados y los bienes de equipo aquellos que representan las mayores entradas en Malta desde el exterior. De este modo, la partida más importante en las importaciones del archipiélago es la de equipos y maquinaria electrónica, seguida por maquinaria y aparatos mecánicos. El sector de la construcción es bastante dinámico. Al igual que en otras economías desarrolladas, la caída de la rentabilidad de los mercados de valores ha incrementado la inversión en viviendas, cuyos precios están aumentando rápidamente. En especial desde la entrada en la UE, puesto que la incertidumbre ha generado una mayor propensión al ahorro, y ha incrementado la demanda de viviendas.

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